Diseño InterioresCuando se habla de Diseño de Interiores en la sección de Economía de El País

Cómo aprovechar cada m2 de la vivienda: ¿sí o no a los consejos de los consultados por El País?

¿Qué puede significar que una casa es «muy de arquitecto»? Es posible que muchos identifiquen así viviendas amuebladas con diseño, quizá con una marcada intención de llamar la atención visualmente, más que de buscar el confort o la practicidad.

Hace ya tiempo, se publicó en la sección de Economía de El País un artículo llamado «Cómo aprovechar cada metro cuadrado de la vivienda«. Si el que lo lee pertenece al sector del diseño de interiores, puede percibir, por las preguntas que el periodista formula a los arquitectos, que el verdadero trabajo y funciones que desarrolla un arquitecto o interiorista a diario tienden a percibirse de manera algo superficial. 

El titular del artículo más bien podría ser reemplazado por este otro:
«Cómo intentar diseñar una vivienda para inversores».

La fotogenia de cualquier morada puede ser importante para el potencial inquilino de una vivienda, que suele elegir un activo inmobiliario sin tener tanto en cuenta el largo plazo. 

Así que, con mucho respeto a lo que allí se comenta, y a los profesionales que intervienen, explicaré por qué algunas de las citas y titulares allí señalados han podido llamar mi atención. Comencemos. 

En el artículo no se distingue si la prioridad en el diseño de interiores de la vivienda es el aprovechamiento del espacio o la entrada de luz, aspectos que prevalecen en la reforma de apartamentos pequeños y viviendas oscuras.

En un recinto sin compartimentar, sin embargo, se reduce el aislamiento acústico y la privacidad en los usos. De ello nos hemos dado cuenta sobre todo durante 2020, año aciago en el que hemos tenido que compaginar trabajo, estudio, práctica deportiva, cocina y otras tantas tareas entre las mismas cuatro paredes. 

Es cierto que esta cita tiene sentido, y hasta ha podido resultar premonitoria con respecto a lo sucedido durante 2020. En un espacio de día versátil, con la cocina abierta al salón, se optimiza el espacio en la vivienda, teniendo en cuenta que la zona de día es donde, normalmente, todos los moradores de la casa conviven más horas. 

Pero si entendemos que cada reforma ha de ser distinta en función de los propietarios y sus necesidades, nos daremos cuenta, por ejemplo, de que el «single» suele comer en el sofá o trabajar en la cama, y de que, a veces, la cocina, por practicidad, requiere de una subdivisión respecto del salón.

En este caso del «single», la mesa de comedor puede heredar el papel del antiguo y obsoleto «salón de las visitas», ya que sólo se emplea cuando hay invitados.

Cuestionémonos, por tanto, el emplazamiento, material y conveniencia de uso de cada espacio. A veces resulta un simple obstáculo o un «no lugar».

A pesar de lo poco que me gusta el vidrio translúcido en las alhacenas, y de que también considero que puede resultar muy aparente colgar todo a la vista, el cliente que cocina no suele preferir esta opción en diseño de interiores.

Esta disposición exhibicionista requiere de orden diario y exhaustivo, algo que nuestro ritmo de vida no nos suele permitir.

Es mejor no reducir, en cualquier caso, las opciones de almacenaje. Si retiramos armarios, alacenas y cajones, el habitante de la casa tendrá problemas para guardar objetos. Y no neguemos que, cuando no tenemos espacio suficiente para guardar, podemos sentir cierta frustración.  

De nuevo, en esta cita se habla de imagen. Parece que no importa el desgaste y mantenimiento de los materiales, o el tipo de vivienda
Tampoco se habla de las sensaciones que transmiten los materiales, no sólo a través del tacto, sino también por el olfato. O de si tienen componentes químicos que puedan emitir residuos tóxicos. 

Algunos de mis clientes eran inversores que reformaban viviendas con el fin de alquilarlas. Y ellos sí eligen diseños de tonos claros, visualmente más comerciales y aptos para todos los públicos. 
Como he dicho antes, al futuro inquilino se le conquista principalmente por la vista.

Un particular, sin embargo, no suele optar por el blanco puro en el mobiliario, por motivos prácticos. Se valora más el mantenimiento, la comodidad o la vida útil del material. Suele preferir tonalidades claras sólo en armarios, cocinas y paredes, ya que aumenta la sensación de amplitud y da luz a las estancias.

Durante mi formación en la Escuela de Arquitectura, me indicaron que era correcto no recubrir una estructura poco común con ningún material accesorio, siempre y cuando se obedeciera a criterios de «sinceridad constructiva».

Esto viene a significar que no hace falta maquillar aquello que de por sí tiene valor.

Imitar un revestimiento que no existía previamente puede hacer que nuestra vivienda parezca un asador castellano si adosamos a las paredes plaquetas de ladrillo cerámico.
El vidrio, en el interior de la vivienda, sólo es recomendable para no saturar la decoración, y por supuesto, para dejar pasar la luz.

Cada material tiene una función y debemos tenerla en cuenta para no vivir en «un parque temático del diseño».

A mí, sin embargo, los solteros me piden duchas y las familias con niños, bañeras.

Así que vivo en otra realidad paralela :)

La tira de led aún cuesta al menos cincuenta euros por metro lineal, frente a los 20-30 euros que puede costar un foco, que, además, permite cambiar la dirección de la luz.

No puedo negar que los lineales de led son una solución efectista. En este caso, por tanto, la imagen se vuelve a anteponer, de nuevo, a las necesidades del programa de uso de la vivienda.

Además, parece que las soluciones de interiorismo de la hostelería están empezando a trasladarse a los hogares. Y el uso que contemplan, por supuesto, difiere. En casa leemos, estudiamos y descansamos. No sólo comemos, bebemos o nos reunimos con los amigos.
La luz juega un papel fundamental en este aspecto y no todo vale para lo mismo.

Resulta muy atractivo el concepto de mueble versátil, pero la ejecución del mismo ha de ser perfecta. Si no, directamente, no se usará, en ninguna de sus dos, tres o cuatro facetas.

Entonces, pintemos primero la casa y luego elegiremos el mobiliario, con la misma gama cromática.
O mejor, compremos todos los muebles en blanco. Así, cuando Pantone vuelva a poner de moda el Marsala del 2016, lo tendremos más fácil.

Como conclusión, no existen fórmulas mágicas para plantear proyectos de diseño de interiores de viviendas. Es importante escuchar al cliente y pensar en un proyecto único, personalizado. Un buen profesional ahorra tiempo, dinero y disgustos. Y el buen interiorismo no consiste en proyectar casas en serie, sino en hacer tangibles los sueños y las necesidades de los moradores de la vivienda.
Cocó Chanel decía que el único modo de ser irreemplazable es ser diferente. No creo que pensase en seguir tendencias, sino en crearlas.
La intención de cualquier proyecto ha de enfocarse en lograr una esencia propia, que de calidad de vida a quienes lo disfrutan y que impacte a quienes lo contemplen.